Formación integral de excelencia

Por Rodney Boyd y Christian Thorne

Este artículo es el segundo de una serie que da orientación al ministerio del Servicio de Educación Cristiana.

Nuestro Señor Jesús, mientras caminó en medio de nosotros, estableció los principios del reino al cual Él representaba y nos dejó a sus seguidores una misión puntual, “…Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat 28:19-20, RVA60). De este mandato se desprenden dos realidades, la primera es el deber de alcanzar las almas para Cristo y la segunda es que debemos discipularlos, o sea, enseñarles los principios de La Palabra para una vida agradable a Dios, todo esto con la garantía de que Él estará acompañándonos en el proceso. Este llamado divino al discipulado debe conducir a formar ministros aprobados, cuya pasión sea servir a Dios y al prójimo con excelencia, modelando el carácter de Cristo en cada creyente.El gráfico del engranaje CALIDAD EDUCATIVA representa el intercambio de los elementos que constituyen la tarea de hacer discípulos en nuestro entorno y cuenta con cuatro componentes. El primero, OBREROS, representa el plan de Dios para formar y acreditar a obreros para que sean aprobados por Él. El segundo tiene tres elementos – IGLESIA LOCAL, OBRA NACIONAL y SOCIEDAD – que representan las instituciones que dirigen y-o participan en los procesos. El tercero, FORMACIÓN INTEGRAL, es el eje y representa los procesos necesarios para lograr la meta. El cuarto también tiene tres elementos – PROGRAMAS, ATAL, y ASESORÍA – que representan el sistema educativo que utiliza el Servicio de Educación Cristiana (SEC) para ayudar a las instituciones a lograr la meta.

OBREROS APROBADOS Y EL PLAN DE DIOS

El Señor le ha dado dones a la iglesia para dirigir la tarea de hacer discípulos (Ef. 4:11). Estos hacedores de discípulos, según el Apóstol Pablo, tienen la responsabilidad de: “…preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo.” (Ef. 4:12, NTV).

El Apóstol Pablo desafía a Timoteo, su hijo en la fe, ser un obrero aprobado: “Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.” (2 Tim. 2:15, NVI). Es la responsabilidad de cada obrero esforzarse, prepararse y mantenerse enfocado en ganar la aprobación de Dios. Para ganar su aprobación, Dios requiere que el obrero sea FORMADO que seguramente incluye procesos de preparación para conocer la Palabra, para vivirla, y para saber cómo usarla correctamente. El obrero se sujeta al consejo de la obra nacional, la cual le califica obrero ACREDITADO, que significa que él es obrero APROBADO ante Dios y la iglesia.

El Apóstol Pablo instruye a Timoteo, “…Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2a Tim 2:2, RVA60). Aquí, este perfil de la calidad de fieles en armonía con la idoneidad, un carácter maduro en el Señor y la capacitación continua, vienen a ser elementos indispensables en el ministro, que, con la guianza del Espíritu Santo, producirán el crecimiento y la atención esperada de la iglesia del Señor. ¡La vida presente y futura de la iglesia depende de una reproducción constante y eficaz de obreros!

FORMACIÓN INTEGRAL DE EXCELENCIA

Antes de tratar el segundo engranaje, las instituciones, es conveniente tratar los procesos de la FORMACIÓN INTEGRAL. El artículo Cinco valores esenciales que definen el ministerio del SEC describe la formación integral así: “El objetivo principal del SEC es potenciar la preparación de obreros para el Señor de la mies. Esa preparación comienza años antes de llegar al instituto o seminario bíblico, y no termina cuando se gradúa el obrero. Por eso, a propósito, usamos las palabras formación integral para describir los procesos de forjar el ministro, tanto el exterior como el interior.” (http://conozca.org/?p=3589 o http://www.blog.elasesor.org/?p=293).

El artículo describe la formación integral con cinco palabras clave:

Es formación de vida espiritual personal, reflejada en el diario vivir y en las disciplinas espirituales como la oración, el ayuno, la lectura bíblica, fiel asistencia y servicio a su iglesia, los diezmos y las ofrendas y el desarrollo del fruto del Espíritu Santo. Estos hábitos comienzan en la conversión, en la iglesia local. Sin embargo, deben mantenerse fuertes en cada etapa de la formación ministerial. Por eso, es formación progresiva y constante, que dura para la vida.

Es formación pentecostal que reconoce que el primer deber del creyente y el obrero es aprender escuchar la voz del Espíritu Santo, comprometerse a obedecerla sin condición y desarrollar la dependencia absoluta de Él. Nuestra formación pentecostal tiene base, desde el principio, en la creencia en el bautismo en el Espíritu Santo y en el llamado universal del creyente al servicio. El Espíritu Santo le da a todo creyente poder y dones para servir y ministrar.

Es formación práctica, dirigida a los que se dedican al servicio del Señor. En la reforma del Plan Básico de 2009, se crearon cuatro áreas para organizar las materias del nivel ministerial: Biblia, teología, ministerio y general. También, se crearon dos niveles nuevos, básico y especializado, para atender al desarrollo del llamado y empeño del ministerio de los obreros. En nuestro pensum del nivel ministerial, 95% de las unidades de crédito son de asignaturas en las áreas de la biblia, teología y ministerial. El propósito de nuestro programa es formar a ministros y por lo general, no hay lugar para los que tengan una curiosidad pasajera de la teología. Creemos firmemente en estudios académicos y de excelencia en nuestro programa, siempre y cuando no nos desvían de mantener el enfoque en la formación práctica de obreros. El título más importante que ganan los obreros es pastor (licenciado u ordenado).

Es formación presencial, no dirigida por cerebros, sino por ministros experimentados, dispuestos a discipular la generación de relevo. La iglesia por naturaleza es una comunidad. Además, la iglesia latinoamericana opera en una cultura de calor humano. El patrón tradicional del aula de clase con su profesor – mentor, inspirador, guía y amigo – sigue como el mejor y preferido. Los procesos paulinos del discipulado comienzan en la iglesia local y siguen en el instituto bíblico y más allá. Aunque existan nuevas modalidades de estudio que permitirían que ellos estudien solos, es absurdo pensar que un pastor podría formarse en la sala de su casa, en la comodidad de su pijama. Mantengámonos firmes en insistir en el programa presencial, donde “Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo” (Pr 27:17, NTV).

Es formación de primera. Lograr el buen producto de ministros íntegros requerirá programas de calidad, con líderes, administrativos y maestros que tengan un compromiso inquebrantable con la excelencia. La obra nacional de cada país miembro debe dar prioridad a la formación de sus obreros, asignando los recursos necesarios y el personal idóneo para la tarea. La obra y las instituciones deben mantener estándares altos, animando a obreros, “Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad” (2 Ti 2:15, NVI).

Entonces, la formación integral se compone tanto del nivel del discipulado, sea en el altar familiar en la casa y en el aula de la escuela dominical u otro programa de discipulado, de su estudio propio y otro aprendizaje informal en la Palabra de Dios, y de estudios académicos formales tal como el instituto bíblico, ISUM y la Facultad de Teología. Además, todos reciben otra formación y orientación en la familia, en la escuela, en el trabajo, la sociedad y aun en la vida. Un obrero aprobado va a tener una formación amplia y completa en la Biblia, la teología, el ministerio, pero también en estudios generales.

IGLESIA LOCAL, OBRA NACIONAL Y SOCIEDAD

En el proceso de formación integral del ministro intervienen diversos elementos de su entorno, quienes desde su área de influencia definirán el perfil que esperan resulte del proceso de educación cristiana. Cada uno de estos elementos demanda del obrero cualidades intrínsecas y extrínsecas, vitales para el cuidado y desarrollo del cuerpo de Cristo.

La Iglesia Local
La formación integral inicia desde la iglesia local, brindando a cada creyente las correctas bases doctrinales y modelos conductuales cristianos que debemos todos observar. Esto no sería posible si los encargados de brindar esta instrucción no hubieran sido primero capacitados en estos fundamentos. Es a través de la iglesia local que recibimos el alimento espiritual y los rudimentos de la vida cristiana, con los cuales desarrollaremos el carácter y nos incorporamos al ciclo de ganar almas, discipularlas y luego enviarlas a cumplir con la gran comisión.

La Obra Nacional
Es la iglesia organizada y debidamente estructurada, que establece y preserva el fundamento teológico y conductual a seguir por parte de su membresía. Es su función ofrecer una estructura ministerial en la cual sus miembros se desarrollen y respondan al divino llamado, sirviendo al resto del cuerpo, interactuando con los diversos ministerios organizados para atender las necesidades de toda la iglesia. Es la obra nacional quien acredita a sus ministros, respaldándolos con su autoridad para el ejercicio del ministerio cristiano, refrendando su desarrollo ministerial y procurando los recursos e instituciones para su formación.

La Sociedad
La iglesia es un reflejo de la sociedad de la cual salió y en medio de la cual sigue viviendo. Es a la sociedad donde apuntan los esfuerzos evangelísticos de la iglesia y sus obreros, y es la sociedad quien recibirá la posterior influencia de una iglesia llamada a ser luz en medio de las tinieblas. Desde su infancia, cada individuo recibe el impacto de la cultura, las tradiciones, la economía, la educación y demás aspectos sociales que irán formando su carácter. En la medida que la iglesia logre cumplir con su responsabilidad y asignación para con la sociedad, habremos sido capaces de cumplir con la Gran Comisión que Jesús nos asignó.

Es muy importante reconocer que la sociedad establece sus propias normas de educación para su pueblo. Es el gobierno en todos los países de América Latina quien acredita a las instituciones educativas o por lo menos permite que funcionen sin acreditación estatal. También, todos los países observan normas internacionales para facilitar relaciones interinstitucionales. Esto significa que nuestro sistema debe respetar esas regulaciones y nuestros programas de estudio deben satisfacer expectativas culturales y académicas para mantenernos vigentes.

SISTEMA EDUCATIVO: PROGRAMAS, ATAL, ASESORÍA

El cuarto engranaje es el sistema educativo que se utiliza para lograr la meta de obreros aprobados. La obra nacional (concilio, asociación, conferencia, unión, etc.) y sus iglesias locales individuales crean sistemas y programas de educación cristiana, discipulado y capacitación ministerial (biblia, teología y ministerio) para brindar una formación integral de excelencia. Es un mecanismo para reproducir a obreros aprobados. El buen rendimiento de este engranaje complejo dependerá del funcionamiento de los componentes individuales y la coordinación de todos.

El Servicio de Educación Cristiana

Hace casi seis décadas atrás, las Asambleas de Dios de América Latina y el Caribe de habla hispana reconoció que se podrían unir esfuerzos y lograr mejor resultados. El Servicio de Educación Cristiana (SEC) fue creado para coordinar los programas que funcionarían del nivel internacional y dar servicio a los países miembros. El SEC ha respondido al clamor del liderazgo de la iglesia Latinoamericana de unificar criterios y producir acuerdos regionales que ofrezcan recursos de calidad y accesibles, para promover la excelencia en sus ministros. Se ha construido toda una estructura educativa, que, como una máquina cuidadosamente sincronizada, funciona a través de sus elementos constitutivos para ofrecer una formación integral al ministro del Señor.

A partir de un comienzo sencillo, el SEC ha crecido hasta conformar una gran familia de servicios e instituciones que brindan dirección, recursos y oportunidades de estudio a todo nivel para los que se dedican al servicio del Señor y de su iglesia. La familia del SEC consta de una gran red de ministerios activos de las Asambleas de Dios, que equipa a los creyentes de habla hispana en 20 países de toda América Latina y el Caribe. Consta de una red extensa de más de mil institutos, seminarios, extensiones, anexos, aulas y centros de capacitación en toda Latinoamérica, más de 6,000 docente, pastores y líderes experimentados y activos en el ministerio, que atienden una población estudiantil de más de 43,000 obreros en formación. Esto representa casi el 50% de los estudiantes ministeriales de programas presenciales en nuestra organización en todo el mundo. ¡Dios ha bendecido el sistema educativo de las Asambleas de Dios y lo sigue usando para formar a generaciones de obreros aprobados!

Programas y servicios del SEC

Se constituyó lo que hoy conocemos como el Plan Básico, el cual es un programa curricular, bien balanceado, flexible y propio; que sirve como base al programa ofrecido por nuestros Institutos Bíblicos para el nivel ministerial. Esta iniciativa ha ayudado increíblemente a la unificación de criterios académicos y accesibilidad a recursos bibliográficos que deben contemplarse en la formación integral del ministro. Uno de estos recursos es la Serie Fe y Acción, la cual es una colección de libros de textos para el Plan Básico, con un diseño didáctico y de propiedad de las Asambleas de Dios, lo cual permite su actualización periódica y acceso económico a estos. Además, la revista virtual Conozca (www.conozca.org) ofrece un tesoro de artículos bíblicos, teológicos y ministeriales de más de un medio siglo. ABALC – Asistencia Bibliotecaria para América Latina y el Caribe promueve el buen equipamiento de bibliotecas en nuestros institutos bíblicos.

Esta estructura educativa auspiciada por el SEC en toda América Latina, ha rendido fruto a lo largo de varias décadas, produciendo ministros con “conocimiento y fervor”, como reza el lema de ISUM, el cual, junto a la Facultad de Teología, son nuestras escuelas internacionales de licenciatura y maestría para América Latina.

El SEC también cuenta con el servicio de FHEDDAD – Fraternidad Hispana de Escuela Dominical y Discipulado de las Asambleas de Dios que asesora al nivel Iglesia Local en los programas de escuela bíblica local (escuela dominical) y discipulado. y el Nivel Ministerial para los institutos bíblicos. El Centro de Recursos y Asesoría (CRA), brinda asesoría y ayuda al nivel ministerial, mediante el desarrollo de algunos programas que ofrecen capacitación continua para maestros, administrativos y líderes educativos, tales como PROCEPA, y el desarrollo de eventos de alto impacto como lo son las Cumbres Educativas y los Diálogos Estratégicos Nacionales (DEN), todo esto con miras a responder a las necesidades que la obra enfrenta.

ATAL – Asociación Teológica de América Latina

Aunque la misión sigue siendo la misma, las circunstancias actuales demandan acciones que permitan que la estructura educativa del SEC se mantenga vigente. Vimos necesario hacer una introspección de nuestro sistema, para exigir el máximo de excelencia de cada elemento que lo compone. Es por esta notoria necesidad que se crea la Asociación Teológica de América Latina (ATAL), organismo adscrito al SEC, el cual es nuestro ente de certificación interna, avalando todos nuestros procesos y recursos educativos, con miras a mantener el estándar de calidad que nuestra misión formativa exige. ATAL certifica a nuestras instituciones teológicas y al personal que en ellas labora, considerando los estudios formales recibidos en nuestras instituciones teológicas del SEC y valorando la constante actualización, todo esto con el fin de garantizar a la comunidad cristiana producir los ministros de excelencia que necesitan.

Asesoría

Llegar al proceso evaluativo por parte de ATAL es una labor que requiere primero que cada instituto bíblico se someta a una autoevaluación, como preparación para enfrentar el proceso de certificación. Es en este punto donde el CRA ofrece asesoría a través de su recientemente creado Departamento de Calidad Educativa (DCE). Este departamento pretende mantener vínculos estrechos con ATAL y con el Departamento Nacional de Educación Cristiana en cada país miembro del SEC para facilitar la certificación de los institutos bíblicos y su docente. El CRA promueve tanto la calidad educativa como un ambiente de unidad y de beneficio mutuo a través de realizar campañas de membresía en las Cumbres Educativas y Seminarios Nacionales de PROCEPA.

El DCE participa en esas campañas para animar a los institutos y profesores a escalar las diferentes categorías de membresía en ATAL. Para el profesor, solicitar membresía le ayuda a entender su nivel académico actual y le señala e incentiva a seguir formándose para llegar al próximo.

Para el instituto bíblico, llegar a ser miembro significa que el instituto está debidamente registrado en el directorio de la familia educativa. El DCE orienta al Director Nacional de Educación Cristiana en los procesos de autoevaluación de todos los institutos bíblicos en su país. La autoevaluación, una vez completada, señala áreas de deficiencia. El DCE sigue asesorando a los institutos bíblicos para lograr las normas y luego recibir la revisión de ATAL para lograr la certificación.

En estos procesos, el DCE ofrece a la comunidad educativa dos herramientas importantes. El Dialogo Estratégico Nacional, el cual sirve como inicio del proceso de autoevaluación de nuestras instituciones teológicas en cada país de la región, con miras a afrontar el proceso de certificación de ATAL. En el DEN se convocan a los principales líderes educativos del país, incluidos los directores de institutos bíblicos, para que en un ambiente de unidad puedan discutir sobre las prioridades de sus procesos educativos, y en consenso emitan una declaración nacional de visión, misión y objetivos de los institutos bíblicos.

También, el DCE ofrece a la comunidad educativa el Manual de Autoevaluación de Institutos Bíblicos. Esta valiosa herramienta ofrece la guía para un análisis de la condición del Instituto Bíblico frente a diez normas puntuales que ATAL califica, permitiendo no solo detectar áreas de falencias puntuales, sino también implementar un plan estratégico para subsanarlas. La finalidad de la autoevaluación no es primordialmente cumplir con ATAL, sino crear una conciencia reflexiva que persiga la búsqueda constante de la excelencia y de la superación ministerial.

LOS DESAFÍOS ACTUALES

Celebramos cómo Dios ha bendecido la gran familia educativa del SEC con la rápida expansión de la red de institutos, seminarios, extensiones y centros de capacitación, con un ejército de pastores y líderes, por lo general voluntarios que conforman el cuerpo docente, y los miles de obreros que se están formando para servirle al Señor. Valoramos la alta accesibilidad que ofrece esta red. A la vez, reconocemos que este crecimiento ha provocado grandes desafíos en la actualidad. En el área de la calidad educativa, resaltamos cinco de estos desafíos.

1. Estandarización de sistemas nacionales y cobertura adecuada. La proliferación de anexos, extensiones y otros programas de formación requiere un alto nivel de coordinación y supervisión. Cada día se hace mucho más difícil mantener la calidad de instrucción, capacitación adecuada de docentes y regulación de registros y otros sistemas. El DCE del CRA le ha solicitado a ATAL establecer en sus normas una nomenclatura uniforme y definición de relaciones y controles necesarios para asegurar una cobertura y supervisión nacional adecuada. Una vez tramitado, el DCE del CRA animará y asesorará a todos los directores nacionales para lograr la nueva estandarización y cobertura.

2. Activación de los procesos de autoevaluación. Colaborando con ATAL, el CRA comenzó hace cinco años animando a los países a comenzar procesos de autoevaluación en sus institutos bíblicos. El progreso ha sido lento. Luego el CRA creó el Departamento de Calidad Educativa e implementó una segunda versión del DEN, el Diálogo Estratégico Nacional 2. El propósito del DEN2 es activar los procesos de autoevaluación en cada país. Ahora, el DCE reconoce que la estandarización de sistemas nacionales y cobertura adecuada es un necesario puente y precondición, para no solamente lanzar procesos, sino también llevarlos a la conclusión de finalizar la etapa de autoevaluación.

3. Solución internacional de acreditación. Un famoso general del ejército estadounidense dijo una vez: “Si a ti no te gusta el cambio, te va a gustar aún menos la irrelevancia.” (Eric Shinseki, Jefe de Estado Mayor del Ejército de EE.UU., 1999-2003). El mundo a nuestro alrededor ha cambiado mucho en las últimas décadas, pero la oferta educativa del SEC continúa siendo muy parecida. Si no nos actualizamos, corremos el riesgo enorme de lograr la irrelevancia. El pueblo latinoamericano ya está más educado. El entorno cultural – la familia, el gobierno, el comercio, etc. – tiene mayores expectativas. Hay un clamor constante por la acreditación.

No obstante, las soluciones gubernamentales son difíciles, costosas, y repletas de posibles concesiones que la iglesia no estaría dispuesta a dar. A la vez, una solución del nivel del país requeriría repetirse veinte veces, y se complicaría aún más por la multiplicidad de acuerdos internacionales. Además, no les convendría a nuestras escuelas internacionales. Una solución más práctica y más factible es explorar posibles convenios con socios educativos que nos acompañarían en los procesos para lograr una acreditación que dé cobertura a todas las naciones. Entendemos que posiblemente no les sirva a todos, pero sí a la gran mayoría. Además, abriría nuevos caminos en casi todos los países.

4. Certificación de los institutos y seminarios bíblicos principales. Es sumamente importante que por lo menos un instituto bíblico en cada país del SEC logre su certificación con ATAL. Cualquier intento de buscar la acreditación, sea del nivel nacional o internacional requerirá demostrar que esa institución haya logrado una autoevaluación y que cumpla con las normas de calidad nacionales y/o internacionales. Como parte de la estandarización de sistemas nacionales, la primera meta es tener todos los institutos o seminarios bíblicos de la primera categoría plenamente certificado por ATAL.

5. Aumentar el promedio del nivel de formación y preparación de docente. Hace 20 o 30 años, el estándar académico era el diplomado (Nivel Ministerial de 96 créditos). Hoy en día, el nuevo estándar es la licenciatura. Sin embargo, menos de un 10% de los graduados del instituto bíblico tienen una licenciatura en teología. Hay varios países que han subido los requisitos mínimos para recibir las credenciales ministeriales. Como resultado de esto, el ISUM está creciendo.

Además, el requisito para enseñar en el instituto bíblico es ser graduado del instituto bíblico. Cuando el CRA comenzó las campañas de membresía con ATAL en el 2012, planteamos la pauta que el promedio del nivel académico del docente debe llegar a la cifra “1.5” que significa que por lo menos la mitad del cuerpo docente tiene un título superior: Licenciatura (ISUM) para enseñar en el nivel diplomado (instituto bíblico); Maestría (Facultad) para enseñar en el nivel licenciatura; Doctorado para enseñar en el nivel maestría. Todavía, no hemos logrado esta cifra. Pero sigamos presionándonos para lograrlo y más allá, siendo que la mayoría de las acreditadoras no aceptarían una cifra tan baja. Tenemos que subir el nivel de preparación de nuestro docente.

CONCLUSIÓN

Para cada cristiano y para todo el cuerpo de Cristo, es fundamental cumplir con la gran comisión. El plan de Dios involucra a obreros aprobados conscientes de la necesidad de reproducirse. La búsqueda de la excelencia nos desafía cada día más a mirarnos al espejo y valorar qué cosas podemos hacer para mejorar, individualmente y como organización. La excelencia según el modelo bíblico, y no el que el mundo trata de imponer, es nuestra motivación. Estamos viviendo tiempos trascendentales, en los que cada parte de este cuerpo llamado iglesia debe asumir su rol a cabalidad, procurando el mayor beneficio para el resto del cuerpo. Reconocemos el principio bíblico que nos advierte que “…Una casa dividida contra sí misma no prosperará” (Lucas 11:14-23); por lo tanto, la búsqueda de la unidad en modelos educativos y recursos compartidos entre todas las naciones, será determinante para alcanzar la excelencia que Dios demanda y que la iglesia necesita. Sigamos trabajando para lograr adaptar nuestros esfuerzos a las circunstancias actuales, siendo siempre un sistema educativo “relevante”, que no se contenta con menos que lograr la calidad educativa más alta posible.

Por favor, comparta sus observaciones acerca de los siguientes temas:

¿Cómo ve usted la calidad educativa?  ¿Hay procedimientos en su instituto bíblico y departamento nacional de educación cristiana que la miden?

¿A su parecer, para lograr la excelencia, qué sería el desafío actual más grande a nivel internacional?  ¿Nivel nacional?  ¿Nivel del instituto bíblico?

¿Qué significa la excelencia en su ministerio educativo?  ¿Qué hace para buscarlo?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *